Pilita Clark

¿A dónde se han ido todos los trabajadores y alguna vez volverán?

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Por: Pilita Clark | Publicado: Lunes 7 de junio de 2021 a las 04:00 hrs.
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La escasez de personal está obligando a los jefes de todo el mundo a ofrecer dinero en efectivo y bonificaciones que habrían parecido ridículas el año pasado. Cuando un elegante restaurante de Manchester publicó un anuncio para llenar el puesto de recepcionista en julio del año pasado, se sorprendió cuando recibió 963 solicitudes en un día, no las 30 que esperaba.

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Eso fue entonces. “Es muy, muy diferente ahora”, dice Carol Cairnes, directora de personal del propietario del restaurante, D&D London. Sus más de 40 restaurantes están recibiendo alrededor de una décima parte de los solicitantes que tenían en julio del año pasado, y algunos puestos están resultando muy difíciles de cubrir.

“Los anuncios para puestos de chef normalmente atraen alrededor de 50 solicitantes; hoy tenemos suerte si recibimos cinco”, dice, y agrega que de esos cinco, solo uno o dos estaban debidamente calificados. Bienvenido a uno de los desarrollos más curiosos de la pandemia del Covid-19: una escasez de mano de obra en los países ricos a pesar de que millones todavía están sin trabajo.

Mientras los economistas debaten las causas y consecuencias del fenómeno, así como cuánto durará, el resto de nosotros sólo podemos maravillarnos de cómo han cambiado las cosas tan abruptamente. Una señal visible del cambio es una variedad de incentivos, bonificaciones y beneficios que habrían parecido absurdos hace unos meses cuando los trabajadores enfrentaron una abrumadora pérdida de trabajos debido al Covid-19.

El soleado estado australiano de Queensland acaba de lanzar una campaña de “trabajo en el paraíso” que ofrece 1.500 dólares australianos (US$ 1.150) en efectivo más viajes subsidiados para atraer a los trabajadores a un sector turístico golpeado por la escasez de mano de obra.

En EEUU, Amazon está ofreciendo bonificaciones de US$ 1.500 -más otros US$ 100 para aquellos que llenan un puesto por primera vez si los solicitantes pueden demostrar que están vacunados- y McDonald’s se ha unido a una serie de grandes grupos que han aumentado los salarios del personal.

En Londres, un restaurante a la vuelta de la esquina de mi oficina les está dando a los clientes vales de regalo de 100 libras si pueden recomendar con éxito a un nuevo empleado. Otro restaurante cercano le ha ofrecido a su personal una bonificación de hasta 2.000 libras si pueden hacer lo mismo.

Los reclutadores incluso están luchando para contratar reclutadores. La competencia por los mejores solicitantes está “muy reñida en este momento”, dice Neil Carberry, director ejecutivo de la Confederación de Contratación y Empleo del Reino Unido. “Nunca había visto un mercado para consultores de contratación con experiencia como éste”, afirma.

¿Por qué está pasando esto? Un factor: la fuerte recuperación económica en algunos lugares está impulsando la demanda en las empresas que están reabriendo al mismo tiempo con el fin de los confinamientos. “Todos están contratando a la vez”, dice Tony Wilson, director del grupo de investigación del Instituto de Estudios Laborales (IES, su sigla en inglés) del Reino Unido. “Eso es muy, muy inusual”.

¿Podrían los programas de licencia y los subsidios pandémicos estar incitando esta falta de interés por parte de los trabajadores? Los expertos no están de acuerdo, pero está claro que en sectores como la hotelería, la gente ha abandonado la industria por residencias de atención social, supermercados y otros lugares con horarios más normales y, en ocasiones, mejores salarios.

Algunos países enfrentan presiones adicionales que tal vez están agravando la escasez. Ha habido un éxodo de conductores de camiones de la Unión Europea (UE) desde el Brexit en el Reino Unido, donde muchas industrias dependen en gran medida de los trabajadores del otro lado del Canal de la Mancha. Antes de que el Reino Unido abandonara la UE en 2020, el 72% del personal del grupo de restaurantes D&D London era de la UE, mientras que el 6% era de otros países y el 22% era británico.

Las estrictas reglas fronterizas han sido culpadas por la escasez de mano de obra en Australia y también en Nueva Zelanda, donde un grupo de productores lecheros advirtió que el estrés de la escasez de trabajadores era tan desgarrador que podría provocar la pérdida “de vidas humanas y animales”.

Para las empresas más pequeñas, la lucha por encontrar personal ha sido especialmente intensa. “Da miedo”, dice Nick Ward, un chef de Brighton que ha estado tan desesperado por encontrar trabajadores que ha recurrido a pagarles a sus amigos para que lo ayuden en los días más ocupados.

Es posible sentir una gran simpatía por quienes están en la posición de Ward y al mismo tiempo estar complacido de ver que las personas que trabajan horas insociables e impredecibles por poco salario finalmente están ganando una ventaja. Como dice Tony Wilson de IES, algunas industrias han disfrutado de un mercado de compradores durante la mayor parte de los últimos 15 años. “Ha habido un cambio en el equilibrio de poder”, dice. Puede ser temporal, pero mientras dure, los empleadores no tienen más remedio que adaptarse.

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